Respecto
a mi anterior artículo he recibido muchos correos con comentarios ,
que , como eran de amigos, como es natural, eran elogiosos , algunos con sugerencias
interesantes ,otros con comentarios adjuntos en el blog .
Entre
los comentarios destaca el de mi hermano Pablo , desde Brasilia ,
que por su consistencia y contenido es más un artículo, que un
simple comentario, y abusando de mi primogenitura ( el es el 6º
hermano de 9) y de su bondad , seguro que me perdonara , a
continuación lo copio y pego :
Querido
Rosendo,
Leí
todo tú artículo, que es mucho leer, y te felicito por haberte
molestado en plasmar por escrito tus reflexiones, muy oportunas ante
el ambiente que estamos viviendo.
Te
animo a que concretes más las medidas que deberían tomarse en todos
los niveles de la distintas administraciones públicas. Ya las
mencionas pero sería bueno que las sistematizases, y entiendo
que sería bueno hacerlo por niveles administrativos , es decir, qué
se debe hacer respecto de la Admon. General del Estado, de las CC
Autónomas y de las Locales. Qué debe ser normativa básica, Quién
puede hacerlo . El cómo, ya es más técnico y es pura
instrumentación. Por supuesto hay que aprobar mucha normativa
horizontal obligatoria a todo el sector público, como en materia de
personal, contratación, subvenciones, órganos de control, ,
tributaria, mercado interior, etc..
Pero
todo ésto enlaza directamente con el modelo de Estado que queremos y
podemos tener; y que constituye lo primero que debemos aclarar
sin dilaciones. Es cierto que ya se pueden ir tomando medidas de
racionalización del servicio público sin esperar a una modificación
del Texto Constitucional como, por ejemplo, reducción drástica del
número de Municipios en todo el territorio del Estado. El tema de
las Diputaciones, que deben desaparecer, no sé si exige una
modificación constitucional, creo que sí pero se pueden vaciar de
contenido hacia los municipios y las CCAA.
A
éste respecto, los distintos modelos de estado son válidos siempre
que sean democráticos y de Derecho. Si unos prefieren el Estado
Centralizado, tipo Francia, u otros el descentralizado, como son la
mayoría de los de nuestro entorno occidental, es cuestión de gustos
o preferencias. Ambos son grandes y caros. Pero ese debate creo que,
a éstas alturas, no debería producirse en nuestro país, pués en
su momento ya se optó por un modelo, el descentralizado, que, con
muchísimos errores, abusos y extralimitaciones, es lo cierto que
permitió un grado de desarrollo territorial más equilibrado. En
todo caso, los poderes tienen que estar equilibrados a través de
sistemas de contrapeso, más fáciles en un sistema descentralizado.
No debe ser el sistema, centralizado o no, lo que debe consumir
nuestras energías en éste momento, ya no hay tiempo que perder,
sino el llegar a un modelo racional, posible y funcional, es decir
eficiente según los recursos de los que disponga en cada momento una
sociedad
A
mi modo de ver, los constituyentes de 1978 no dejaron cerrado el
modelo de Estado, bien porque no pudieron, bien porque no supieron,
pero, en todo caso, eran conscientes de que el modelo no quedaba
completo. Entiendo que fué el arte de lo posible en unos momentos
delicados para una sociedad como es el paso sin traumas de un modelo
dictatorial, fuertemente centralizado e intervencionista, a un modelo
democrático, fuertemente descentralizado y liberalizado. Si a ésto
le añadimos la entrada de España en la Unión Europea en 1986, nos
encontramos con que hemos asistido como nación a un proceso
pacífico, pero revolucionario, en la forma de nuestra organización
política y administrativa. En efecto, por un lado, el poder central
se vió seriamente cercenado al perder importantes parcelas de poder,
Educación Sanidad, Servicios Sociales, infraestructuras, etc....
hacia la periferia, las CCAA, y, al mismo tiempo, cedió no menos
importantes parcelas de poder hacia instancias supranacionales, La
UE, como moneda, aduanas, comercio exterior, comercio interior,
políticas comunes europeas en agricultura, pesca, reguladores
de sectores importantes, etc... Es decir, se vació,
conscientemente,de competencias a la Administración General del
Estado que quedó muy debilitada pués no se reforzaron las parcelas
de poder que continuaban, y continúan, siendo de su titularidad y me
refiero, fundamentalmente, a la normativa básica, a la alta
inspección, etc, competencias que debían asegurar la solidaridad y
la cohesión entre los territorios. Con un Tribunal Constitucional,
que debería actuar de árbitro y guardián de los preceptos
contenidos en nuestra Carta Magna,muy politizado, pasó lo que pasó:
las CCAA entraron en una dinámica de "cada vez más"
competencias en una dura lucha contra la Administración General del
Estado y el Gobierno de la Nación, cada vez más débiles frente a
las demandas de los partidos nacionalistas. Mientras la economía
aguantaba se permitia todo, pero en un momento de crísis, grave y
generalizada, emergen los abusos, irracionalidades, estridencias e
ineficiencias, imposibles de mantener por más tiempo. Se hace
necesaria una reorganización general y profunda en nuestra forma de
organizarnos politicamente como sociedad democrática de Derecho;para
que gobierno y administración cumplan con sus fines que no son otros
que garantizar el interés general y los derechos de la persona como
individuo, haciéndolos compatibles; promoviendo su prosperidad, su
riqueza y, por qué no ? como dice la Declaración de Filadelfia, la
búsqueda de la felicidad.
Creo
que, por razones históricas, se huyó de la expresión de Estado
Federal, forma de organización super testada en nuestro entorno y
que admite muchas variantes, pero en todas existe un poder federal
fuerte por encima del poder de los estados federados, que pueden
conservar importantes competencias propias que no sean incompatibles
con la idea de unidad que todas asumen con lealtad. El Estado de las
Autonomías fue haciendo camino al andar pero con indefiniciones que
actuaron en contra de la ida de unidad de la nación española. Es
decir, por huir de la expresión semántica de "Estado Federal",
en la práctica se llegó más allá de un Estado Federal, con todos
sus incovenientes y ninguna de sus ventajas.
Hace
falta una regeneración democrática; asumida, propiciada y defendida
por los partidos políticos democráticos, Pero, ojo, cuando se
habla de democracia debemos tener claras ciertas cosas:
1.-
No puede haber democracia sin derecho ni derecho sin democracia. La
democracia es pues intrinsicamente regulada, limitadora y garante de
derechos individuales y del interés general.
2.-
No puede haber democracia sin mercado ni mercado sin democracia´
3.-
Cuando se habla de mercado, se habla de mercado regulado (
democraticamente y que garantice el libre juego d sus reglas en
beneficio de la comunidad, que dispondrá de más y mejores bienes y
servicios a mejor precio ). Es decir, el mercado no es, no debe ser,
esa hydra de siete cabezas causante de todos los males de la
sociedad. La sociedad está mal porque fué mal gobernada,
demagocicamente gobernada.
4.-El
mercado es el necesario escenario en donde se manifiesta una de las
principales libertades que es la libertad económica, la libertad de
empresa, garantizada en todas las constituciones democráticas. El
concepto de mercado implica pues limitación. El mercado ha de ser
libre y, como tal, limitado o regulado. Como la democracia.
5.-
El mercado, la democracia, no es incompatible con el Estado de
Bienestar.Bien al contrario, mercado y democracia sólo son
incompatibles con el Estado ineficiente.
6.-
La democracia, el mercado, exigen que principios como los de
solidaridad, cohesión y distribución de la riqueza, sean efectivos.
7.-
No hay democracia sin una administración independiente. Por supuesto
la administración ha de estar bajo la dirección del poder político,
democraticamente elegido, pero ha de gozar de la independencia
necesaria para garantizar su no utilización partidaria. Es decir, la
adminstración sirve al interés general con sujección a la ley y al
derecho.
8.-
La función pública ha de ser independiente, aunque bajo la
dirección del poder político, pero ha de ser eficiente. Eficiencia
que ha de revalidarse periódicamente. No es suficiente haber
aprobado unas oposiciones. El servidor público ha de estar en
permanente actualización para cumplir eficientemente su función al
servicio de la sociedad.
9.-
La función pública ha de ser enteramente profesional. Ha de
desaparecer, o limitar a la mínima expresión, el personal eventual.
No se puede entrar en la administración por la puerta de atrás.
10.-
Deben agravarse las penas o sanciones por conductas contra la lealtad
o la buena adminstración.
Por
supuesto todo ésto no es incompatible con que los distintos
programas políticos priorizen la utilización de los recursos
públicos hacia determinadas políticas públicas propiciadoras de
generación de riqueza y de sus distribución en bienes y servicios
que garanticen la solidaridad y la cohesión.
Porque
es muy fácil decir "nada de recortes y más política de
inversiones", sin hacerse la inmediata pregunta de " con
qué se financian las deseadas por todos inversiones ". Creo que
estamos pagando con dinero de nuestro bolsillo, y a un alto precio,
todos los excesos de una política irracional y demagógica.
Bueno,
termino porque si no me enrollo tanto como tú en éstas reflexiones
que hago a título puramente personal y teórico como estudiante de
Derecho y ciudadano.
Un
abrazo y ánimo, continúa.
Pablo.
Es
importante conocer lo que opina uno de los funcionarios que ha tenido
altas responsabilidades en la construcción del Estado democrático a
nivel central y autonómico , desde su inicio , aunque sea a través de algo tan informal como una
carta dirigida a su hermano .
Un amigo me indica una serie de temas para artículos posteriores :En cuanto a la administración: Reestructuración, redimensionamiento, reducción, profesionalización, procesos de acceso y programas comunes con contenído mínimo para cada grupo y obligatorios en todas las administraciones en todo el territorio del Estado. Erradicación del personal eventual; pues el personal de confianza, que deberá ser siempre mínimo, puede perfectamente ser extraido de dentro de la Administración. No es de recibo que los jefes de gabinete eventuales, secretarias y demás asuman funciones de gestión puenteando a los órganos de gestión.
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