domingo, 30 de abril de 2017

LA IDEA DE EUROPA

LA IDEA DE EUROPA





El pasado 25 de marzo se celebró el sesenta cumpleaños de la firma de los Tratados de Roma, que funda lo que ahora llamamos la Unión Europea, formada por 27 países con más de 500 millones de ciudadanos y esperando para entrar gran parte de las repúblicas europeas que fueron dependientes de la antigua URSS. Es el proyecto político de carácter supranacional de mayor transcendencia que haya habido en la historia. Después de salir de la crisis con problemas, entre ellos la salida de Reino Unido, puede morir de éxito, si no somos conscientes de lo que representa y de los inmensos costes que la idea de Europa ha generado a lo largo de veinte siglos.

Europa es producto de invasiones de pueblos de distintos orígenes y por tanto de diversas razas , lenguas, costumbres, culturas y religiones. A su vez de su seno salieron millones de personas que han colonizado y dominado prácticamente en todos los territorios de este planeta llamado tierra, unas veces obligados por la miseria, la hambruna, las plagas, y otras por el espíritu de dominio territorial , económico o incluso religioso.

Cuando en el sistema educativo estudiábamos, como unas materias fundamentales, Geografía, Historia. Latín y Literatura, más allá del actual límite obtuso autonómico “da carreiriña dun can “, nos percatabamos que lo que es actualmente Europa , estaba formada, antes de la era cristiana, por multitud de tribus, pueblos, que a su vez sufrían invasiones de otros pueblos, que imponían sus culturas, lenguas, organización social y sus religiones, en una constante evolución.

De Roma salió , a base de conquistas bélicas, la primera unificación de lo que es hoy el núcleo de Europa, desde Hispania, Galia, Britania, Germania, los territorios de lo que son Bélgica y Holanda, y todos los paises bañados por el Mediterraneo. Se les impuso la organización política y administrativa, el latín como idioma, costumbres, creencias, etc, en una palabra nos unificó culturalmente de forma trascendente, eso si a la fuerza, y su profunda huella nos dejó impregnados, hasta tal punto que no pudo ser borrada absolutamente por la caída del imperio romano, a causa de invasiones sucesivas y posteriores de pueblos bárvaros de procedencia oriental y asiática y árabes de procedencia africana, que a su vez impusieron sus culturas, aplastando la romana, ya cristianizada. Me recuerdo de la traducción del latín de “Comentarios a la Guerra de las Galias “, obra histórica y también de promoción política del proconsul romano Julio Cesar, en la que relata las operaciones militares en las Galias al frente de cinco legiones en los años 58 a51 a.C.

El Emperador Carlomagno , 700 años más tarde, fundó a base de conquistas, el Sacro Imperio Romano Germánico, que comprendía la Galia, Italia, Germania , y parte de España, evitando la expansión del Islam, convirtiendo a todos los pueblos al cristianismo, dándole a la educación, y a la administración y al ejército, gran importancia. A su muerte, el Imperio Carolingio, se disgregó . Creo que la idea de Europa, más bien Roma, estaba más en Julio Cesar que en Carlomagno, sobretodo por el tiempo de permanencia del dominio romano y por las profundas huellas culturales dejadas, pero hay opiniones.

Las cruzadas ( 1.096 -1291), aún siendo unas acciones europeas, impulsadas por los papas, en la que participan ejércitos de naciones europeas, con el objetivo común de liberar Tierra Santa del dominio musulmán, y frenar al turco, no pueden considerarse, a mi juicio, como germen de una idea de Europa. Han contribuido más a la idea de Europa el impresionante movimiento demográfico, social, cultural, artístico, arquitectónico y religioso que fueron y son los Caminos de Santiago.

Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, otros 700 años después, logró reunir un vasto territorio en lo que es Europa, en base a herencias familiares , pero manteniéndolo a fuerza de las armas con guerras continuas con Italia, cuatro con Francia, con los turcos, y sobre todo las disputas contra sus propios príncipes y súbditos, que, se convierten al protestantismo, para hacerse fuertes y diferentes ante el Emperador, defensor de la fe católica, Después de 30 años, el Emperador abdica, y, como siempre, el imperio europeo se dispersa. Remedando a Zapatero , su Imperio Romano Germánico era discutido y discutible, solo le ocasionaba guerras y , por tanto gastos , mientras que su Imperio Español, sobre todo en América , le aportaba la plata y el oro, que necesitaba para pagar sus deudas originadas por las múltiples guerras por mantener su Imperio europeo.

Napoleón no solo conquistó militarmente toda Europa continental, ocasionando ( entre 1799 y 1815) unos tres millones de muertos, si no que expandió el espíritu de la Revolución Francesa, de igualdad , libertad y fraternidad, en las “constituciones” que dejaba en los territorios conquistados , sobre la garantía delos derechos de los ciudadanos, su igualdad jurídica y política, la libertad de cultos, la anulación de los privilegios feudales, hereditarios de la nobleza en que se basa el Código Civil Napoleónico, que sirve de inspiración a la legislación de muchos países occidentales, que les ha permitido entrar de golpe en la Edad Contemporanea. Su labor en la construcción administrativa, centralizada y uniforme, secularización de bienes eclesiásticos, normalización de pesas, medidas, etc. No se le puede negar a Napoleón su gran influencia en la naturaleza, valores y esencia de lo que es la Europa moderna, decía: “Si hubiese dispuesto de tiempo, muy pronto hubiese formado un solo pueblo, y cada uno, al viajar por todas partes, siempre se habría hallado en su patria común”, eso si, por la fuerza de las armas.

El Congreso de Viena, 1814-15, celebrado después de la derrota de Napoleón, restablece diplomaticamente, y según dicen festiva y regaladamente, las fronteras anteriores a la Revolución Francesa, asegurándose cuatro potencias el equilibrio de poder, para evitar conflictos armados a gran escala relegando a España, entre otros , como gran potencia europea, papel politicamente de segundón, o como se dice ahora de potencia media, que mantiene hasta este momento .


Guerras intestinas entre estados europeos por motivos territoriales, religiosos o económicos, están constantemente presentes en la historia europea, jalonados por periodos de hambrunas y epidemias que mermaban la población e incentivan las emigraciones en masa a distintos puntos de América, África y Oceanía, dejando diezmados, casi sin población, países enteros. La revolución industrial mejora la economía de algunos estados, generando también tensiones de la recién nacida clase obrera, trabajo infantil, y una aparición de la mujer en el mundo laboral. Surgen las democracias, los partidos y los sindicatos de clase, el liberalismo, el marxismo, los fascismos, y se acrecientan los nacionalismos, los separatismos , los anexionismos, los imperialismos, los populismos salvadores de derechas y de izquierdas, etc.

Situados en el siglo XX, Europa se ve inmersa en la Gran Guerra del 14, donde 60 millones de militares europeos luchan entre si , en un conflicto que ocupa la práctica totalidad del territorio europeo y que además se extiende por África, Oriente Medio, Pácifico, China y costas americanas con otros 10 millones más de soldados y costó de 10 a 30 millones de muertos y millones de heridos. Esta gran guerra ocasionó, además, en Europa, grandes destrozos físicos, sociales y morales. Un observador privilegiado de las negociaciones de paz, que terminó con la firma del Tratado de Versalles, como fue un economista, funcionario británico que formaba parte de la delegación británica , John Maynard Keynes , expone con claridad meridiana en un libro titulado “ Consecuencias económicas de la paz”. Sostenía que las humillantes y draconianas obligaciones impuestas a Alemania, como reparaciones de guerra, con la intención de que no pudiera levantar más la cabeza y no pudiera ser nunca más una amenaza para el resto de los países europeos, sería un desastre para Europa. Keynes preconiza en su libro que habría que ayudar a Europa a reconstruirse, bajar las tensiones entre países y crear un futuro de esperanza. Como a los economistas los políticos no nos hacen el mínimo caso, ya que tenemos una mala fama en prevenir el futuro, el ansia de revanchismo de las potencias victoriosas prevaleció y sumió a la economía alemana a una crisis humillante, que ha tenido que especializarse para exportar, mientras la población hacia sacrificios, para obtener recursos para pagar las reparaciones de guerra, que provocaron el nacimiento de nazismo y la gestación de la II Guerra Mundial, desarrollada entre 1939 y 1945, que generó, en Europa unos 46 millones de muertos, de ellos civiles 25 y soldados 21 solo en Europa , de un total de 60-70 millones en total, en los cinco continentes, además de inmensos daños morales , sufrimientos , destrozos materiales inconmensurables, desplazamientos de población de millones de personas , hasta la fecha desconocidos, y heridas y rencores de difícil superación.

A la finalización de la guerra Europa queda dividida en dos bloques, políticamente enfrentados, en una “ Guerra Fría”. El bloque oriental bajo un férreo dominio, político, económico y militar soviético, y el bloque occidental formado por Gran Bretaña , Francia , Alemania, USA, y resto de países aliados.

El bloque occidental no cometió los mismos errores que en el Tratado de Versalles y emprendió un ambicioso programa de reconstrucción de los países devastados por conflagración bélica, tanto de infraestructuras, viviendas, industrias, como de las estructuras políticas democráticas. Contaban con una base de capital humano y de la financiación de Estados Unidos a través del Programa de Recuperación Europeo, ERP o Plan Marshal, que supuso una ayuda de 12.000 millones de dólares. Todos los países europeos , incluida Turquía, se beneficiaron, en mayor o menor medida de las ayudas , salvo España, por su régimen no democrático, germanófilo, autárquico,y proteccionista. En los cuatro años que duró e Plan Marshal, Europa conoció el mayor progreso de la historia, se recuperó la agricultura, la industria, y se reconstruyeron ciudades, infraestructuras, y se reformaron profundamente los sistemas monetarios y financieros de los países. La palabra milagro económico aparece para calificar la evolución económica europea, especialmente referido a Alemania, basado en el libre comercio, libre mercado, sin planificación centralizada, etc. Surge la necesidad de plantearse un enfoque supranacional, coordinado, para abordar las grandes necesidades de capital y tecnología para poner en pié de forma lógica y conjunta, las industrias del carbón y del acero y se crea la Comunidad Europea del Carbón y del Acero ( CECA ) en 1951, por seis países : República Federal Alemana , Italia, Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, y se establece un impuesto común suprimendo las aduanas interiores y estableciendo una aduana común y un mercado común con libre circulación de los productos del carbón y del acero. En una palabra se engendra el proyecto de lo que es hoy la Unión Europea. Una vez fallidos varios proyectos de unión federal y de defensa común, se decantaron por la unión de intereses económicos, más práctica que los planteamientos políticos que afectaban al espíritu egoísta nacionalista de los países.

Por primera vez en la historia europea se crea un organismo supranacional, que integra sectores económicos estratégicos, por la vía del acuerdo diplomático, superando la tradición de la imposición bélica europea que se refleja en el resumen histórico con que se inicia este artículo, en el que queda reflejado el tremendo coste social y en vidas humanas, y materiales de los enfrentamientos bélicos que, de forma recurrente, asolaron la geografía europea, idea que obsesionaba a los políticos europeos de la postguerra, que pretendían que esa “ costumbre” cainita y recurrente, en más de dos mil años, no volviese a suceder jamás, y que el reducido tamaño, en algunos casos ridículo, de los países, no pudiera ser argumento para la reivindicación territorial, como escusa de confrontamiento bélico. Ese objetivo se ha conseguido plenamente , y solo por eso, ya está justificada la Unión Europea.

Hace 60 años el 25 de marzo de 1957 se firman los Tratados de Roma , creando por los 6 países fundadores de la CECA, la Comunidad Económica Europea, CEE y la Comunidad Europea para la Energía Atómica, EURATON. La integración económica como metodología práctica y realista, tenía un enorme trasfondo político, que unía a países democráticos, que respetaban el libre mercado, las libertades y derechos de los ciudadanos, trascendiendo a esa autolimitación de integración económica al organizarse institucionalmente con un poder ejecutivo: el Consejo de Ministros y la Comisión, un poder legislativo El Parlamento Europeo, y un poder judicial el Tribunal de Justicia Europeo. Ante el evidente éxito económico logrado, en sucesivas ampliaciones se adhirieron a esta iniciativa 22 países, no sin sufrir importantes contratiempos: el veto a la entrada de Reino Unido mantenido por Charles de Gaulle por considerarlo un Caballo de Troya de USA, el fracaso de los referendum de Suiza y Noruega , la salida de Groenlandia y en estos momento por el Brexit del Reino Unido, en proceso de salida de la Unión. Los obtusos nacionalismos de los políticos están detrás de estas insolidarias, egoistas, cortoplacistas y erróneas decisiones, total los efectos de estas decisiones las sufren y pagan solo los ciudadanos.

El crecimiento europeo tan espectacular, es una excepción en el resto de las países, ya que se caracteriza la creación y el sostenimiento de la economía del bienestar. La explicación a esta “rareza” es que en Europa han gobernado alternativamente , en estos 60 años, dos ideologías: la social demócrata y la demócrata cristiana. Hoy tienen que rearmarse ideológicamente, para hacer frente a estériles populismos, de derecha e izquierda. Evidentemente tanto los partidos populistas de izquierdas o marxistas, como los de derechas o fascistas, que surgen como hongos en épocas de crisis, son antieuropeos, señal de que una Europa fuerte y unida, es una medicina eficaz, que los debilita y los desactiva, y evita que puedan llevar otra vez a Europa, al horror de un enfrentamiento bélico.

El fin de la guerra fría, la desintegración de la URSS, y la caída del muro de Berlín el 9 de Noviembre de 1989, muro antifascista o de la vergüenza, según el lado en que se mirara, levantado realmente para evitar la huida masiva de los ciudadanos de los países del Este, aceleró las peticiones de entrada en la Comunidad Europea de las repúblicas de centro europa y bálticas, sometidas al yugo soviético . Recuerdo perfectamente la caída del muro, retrasmitida por todas las televisiones. Estábamos tan asombrados como los propios berlineses orientales, pasando el muro con sus humeantes y anticuados coches Trabant y con la boca abierta mirando los luminosos escaparates de ropa, electrodomésticos y coches de Berlín occidental , tras 28 años de 155 kms de muro de 4 metros de alto, fuertemente armado. Con el muro cayó el telón engañoso de las sociedades y economías de la Europa del este, que había quedado bajo el dominio férreo de la URSS, desvelando el abismo existente con los niveles alcanzados por las naciones de la Europa occidental. Ese desnivel de penuria se explica facilmente por los siguientes motivos: a) La URSS exigió a las repúblicas bajo su control: RDA, Finlandia, Hungría, Rumanía, onerosísimas reparaciones de guerra por un importe equiparable al Plan Marshal, incluso con traslado de instalaciones fabriles, requisa de producciones agrícolas, servicios, traslado forzoso de poblaciones, etc; b) El fracaso de la planificación económica impuesta, visualizada por tres ejemplos: se seguían produciendo Tv en blanco y negro, aunque ya no se compraban; el coche Trabant no había sido mejorado de sus 31 años de vida; los bosque quemados por la polución eran visibles para los que viajábamos observando la realidad del paraíso propagandístico y solo veíamos miseria, atraso, y no funcionamiento del sistema colapsado por directrices ineficaces, ineficientes e inoportiunas y c) La falta absoluta de libertades civiles, políticos marionetas al servicio de los intereses de la Unión Soviética, corrupción institucionalizada y generalizada capilarmente a toda la sociedad, totalmente controlada policialmente en base a la delación. El panorama era de unas sociedades pobres, grises , tristes, vencidas y sin esperanza, por esa razón se entregaron rápidamente al decrépito y decadente mundo capitalista, dejando su paraíso marxista, con entusiasmo juvenil. Eran como es ahora Cuba , pero sin música caribeña, y los cubanos con la misma obsesión , si les dejaran , estarían todos en Miami, o en España, y Cuba llena de turistas. Hoy forman parte de la Unión Europea los siguientes paises dependientes del poder soviético: Polonia, Bulgaria, Chequia, Eslovaquia, Eslovenia , Croacia, Hungría, Estonia , Letonia, Lituania,y Rumania. Están en proceso de incorporación:Servia Albania, Macedonia, Montenegro, Turquía, y como candidatos Bosnia Herzegobina y Kosobo. La Repúblida Democrática Alemana desapareció y se integró, sin más, en la República Federal Alemana, con un generoso y altísimo coste colectivo por parte de Alemania y del resto de países europeos. Hoy podemos decir, sin temor a equivocarnos, que los partidos populistas de corte marxista, “venden” una ideología averiada y caduca, especialmente en un mundo cibernético globalizado, cuyos efectos sobre los pueblos son, sin una sola excepción, nefastos económicamente y sobre todo socialmente, por la ausencia de derechos humanos, de libertades civiles y con altísimos sufrimientos y costes sociales, de difícil o imposible reparación. Las ideologías políticas hay que evaluarlas por los resultados reales, sino son tan solo cantos de sirena y hueca palabrería, y aquí tenemos un grupo de países en donde se ha aplicado el marxismo, durante muchos años, con los resultados visibles y verificables, y todos han solicitado la integración en Europa, huyendo de Rusia.

Esta integración de países de la Europa oriental presenta enormes dificultades políticas y sociales, y precisará de grandes esfuerzos financieros para incorporarlos al nivel económico medio comunitario y plantearán nuevos problemas como seguridad, movimientos migratorios masivos, laborales e incluso de defensa, al ser la frontera con Rusia, con sus pretensiones anexionistas, como Crimea y Ucrania, que no duda en utilizar todo su potencial bélico, para recuperar la influencia que tenía en la zona la desaparecida URSS. Las relaciones con Rusia , USA y Gran Bretaña serán los grandes retos diplomáticos .

La mayor dificultad será la gobernanza de una entidad supranacional con más de treinta países, muchos sin tradición democrática, que quieren resaltar su nacionalidad recién recuperada y sojuzgada durante tanto tiempo, con una renta muy por debajo de la media comunitaria, sin infraestructuras, con rechazo a inmigraciones,etc. Esta dificultad puede ser para España una oportunidadad para liderar, con Alemania, Francia e Italia, una Unión Europea , que además de ser una gran potencia económica, territorial y demográfica, y por tanto política, sea un ejemplo de desarrollo económico sostenido, de bienestar social, cultural y ecológico, que otras grandes naciones ni se plantean: ni USA , ni China , ni Rusia, y menos las emergentes de Brasil e India.

La idea de Europa nunca ha estado tan cerca del éxito , ni tan el peligro de fracaso como ahora. Hasta ahora el método seguido es el práctico de la integración económica , logrando tejer una densa trama de intereses que facilitaron evitar confrontaciones violentas entre países , que no es poco. Pero ese mismo camino nos lleva inevitablemente a aplicar medidas, cada vez más, políticas que afectan a cesiones de soberanía sensibles como son la integración fiscal, la laboral, la seguridad y la defensa.

A los que puedan pensar que soy un pesimista, al mencionar tanto a la Unión Europea como elixir antibelicista, les recuerdo que, después de la II guerra Mundial, en Europa se desencadenó la violenta y genocida guerra de los Balcanes y en la actualidad se mantiene muy vivo el violento conflicto de Ucrania. En ambos España ha estado y está implicada con unidades de acción y material de combate, no tan solo como asesoramiento, ni apoyo. Son significativos los rebotes de personajes ingleses cuando se habló de la problemática se se originará en Gibraltar por el Brexit: que si mandaban a la Royal Navy , que si Malvinas , etc. Un lenguaje duro, agresivo y matón, que gracias a que no ha tenido eco en los Gobiernos español e inglés, por que desencadenaría una escalada de amenazas agresivas

La Europa que me gustaría es aquella que supere los efectivos vínculos de la integración económica, llamada despectivamente Europa de los mercaderes, y se convierta en la Europa de los ciudadanos, que los más de 500 millones de europeos , tomen conciencia de los beneficios de la unión, se sientan orgullosos de ser europeos. Que como nación de primer orden pueda abordar los grandes cambios tecnológicos como globalización, la robotización, la inteligencia digital, etc, con la velocidad acelerada con que evolucionan los cambios y tomar con agilidad las medidas sociales para que los trabajadores, no paguen las consecuencias y se adapten a las exigencias que imponen inevitablemente los cambios, y siga siendo, a nivel internacional, una isla del llamado estado de bienestar . Debemos llegar a exigir, los ciudadanos, una mayor velocidad en la evolución de la Unión Europea, y para ello debemos ser conscientes de los beneficios individuales y colectivos que nos genera la unión, y las ventajas comparativas de estar unidos a la pacata visión tradicional de estados minúsculos, que nos ha aportado una historia de veinte siglos de guerras , muertes de millones de ciudadanos , pérdidas materiales ingentes y mucho sufrimiento, siempre arrastrados por partidos populistas fascistas o marxistas, que con cantos de sirenas prometiendo maravillas con sencillas medidas, que como el bálsamo de fierabrás soluciona todo magicamente.

El tamaño también importa en política, en economía, sociologicamente y en defensa.