Los
políticos se han esforzado en convertirse en bustos parlantes, y
lo han logrado. Los puedes ver por la tele, pero ya no los escuchas,
por que no los crees. Se han convertido, cuando salen en la pantalla
, en ese ruido de fondo, que, como con los anuncios, aprovechas
para ir a hacer pis, ir por un vaso de agua o lo que te apetece.
Vamos, que son un latazo insufrible. Cuando interrumpen tu programa
favorito, para decir solo frases huecas, casi visualizas aquellos
venablos, espirales, rayos, cocodrilos, etc, que salían en las
viñetas de los tebeos de nuestra juventud, mostrando el tremendo
cabreo de un personaje. Ellos , los políticos, lo saben, aunque no
se lo quieren creer, por eso están cabreados e inermes.
Me
viene a la cabeza aquellos magníficos charlatanes de feria, que
acudían a Lugo, anualmente, a las Ferias y Fiestas de San Froilán,
que vendían mantas, añadiendo varios pares de calcetines de lana, a
precio irrisorio, que, para demostrar su calidad, con gran
ampulosidad gestual e insoportable volumen, los pasaban por la
prueba del fuego y el acero, y lo que hiciera falta. Me gustaba
contemplar el espectáculo, eso si , con total incredulidad, ya que
estaba seguro que el comprador cuando llegara a su casa y expusiera
el calcetín al rascado con un cepillo de púas de acero , o
simplemente a los de fregar escaleras, o si lo exponía al fuego de
aquellos preciosos mecheros de larga mecha amarilla o chisqueros, el
calcetín no resistía ni un segundo, quedando con tomates y/o
quemado. Aquellos aguerridos feriantes ofrecían las mil maravillas,
pero realmente entregaban otra cosa bien distinta. ¿ Que corrían
el riesgo de que algún cliente les rompiera la crisma? Evidente,
pero normalmente la gente es buena y ni protesta, y los feriantes se
iban de rositas, hasta el año venidero, en que volvían con sus
camionetas llenas de maravillosas mantas y calcetines y se los
quitaban de las manos, con la misma ilusión, por que no habían
perdido la credibilidad de las gentes. La gente aguanta muchísimo,
hasta que explota, y pierde la virginidad y la inocencia y esas cosas
no se recuperan y ya no vuelve a creer más.
La
sabiduría bíblica nos advierte :” Cuidaros de los falsos
profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas , pero son lobos
rapaces. Por sus obras los conocereis”. Sabio consejo, en tiempos
de unas elecciones bis . O aquello de los cantos de sirena, que
Homero recomendaba taparse los oidos , y atarse al palo, para no
hacer caso a las sirenas, que con su canto los querían atraer a los
acantilados para traginárselos y comérselos.
Mi
humilde consejo: Cuidaros de los falsos profetas, pero no os tapéis
los oídos ante los cantos de sirena, escuchad muy atentos, con
espíritu crítico y votad de acuerdo con vuestros intereses, no con
el corazón; analizad los hechos de los candidatos, sus antecedentes,
los resultados de sus acciones, compararlos con sus colegas de otros
lugares, de otras administradores, analizad lo factible de sus
programas, su fiscalidad, y no hagais caso de sus palabras y sus
promesas, solo por sus hechos los conocereis. AMEN.
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