jueves, 23 de abril de 2020

EL VIRUS APOCALIPTICO


EL VIRUS APOCALÍPTICO 







LOS JINETES DEL APOCALIPSIS 



Confinado en casa de forma obligatoria, en principio por quince días, prorrogables, y ya llevamos más de un mes, y los que vengan, que podrían llegar a dos o tres meses, y agobiado por información que, diariamente, me bombardea sobre el coronavirus masivamente, no puedo dejar de comentar sobre este “bicho” que trastorna la vida de muchos ciudadanos de todos los continentes, Y que, dependiendo de su evolución, dimensiones, y duración, puede traernos una recesión económica profunda persistente y sin grandes bríos para salir de hoyo. Según los optimistas en forma de V , y en forma de U de los pesimistas, para los más pesimistas L. La forma de la zona valle, su amplitud, forma y longitud nos dibujará el inicio a la ansiada recuperación.
Esta operación acordeón en su primera fase, la de reducción de toda actividad económica y social, relativamente fácil para un Gobierno socialcomunista, tira de Decreto, al amparo de sagrados intereses generales de alarma sanitaria, y ya está. Los daños en la economía nacional de un cese practicamente total son graves, dependiendo de los cuidados paliativos que arbitre el gobierno pretendiendo organizar la caída y el tiempo que dure la intervención extraordinaria.
Tenemos la mala “ suerte” de tener el Gobierno de coalición mas débil y minoritario de nuestra historia, cada pasito legislativo ha de pagar costosas contribuciones políticas , económicas y territoriales. Tampoco es el gobierno politicamente más “adecuado” para abordar una reconstrucción de nuestra economía, al tener que aplicar acciones que politicamente están muy lejanas de su ideología, sobre todo por la renuncia ideológica, de facto, del PSOE, ante la fuerza del marxismo bolivariano de Podemos, que anula al socialismo.
En castellano hay una palabra que define perfectamente a este gobierno que “ disfrutamos “: LERDO: pesado, tardo y torpe para comprender o ejecutar algo. A gustos podría añadírsele multitud de “descalificativos”, para completar o matizar la definición: oscuro, opaco, mentiroso, cruel con los viejos, iletrado, inexperto, discriminatorio, inepto, improvisador, etc. Yo me decanto por no ponerle adjetivos descalificativos y me quedo con un gobierno LERDO, que lo define suficientemente.
Aparentemente, el Gobierno, está entregado a facilitar una información exhaustiva y diaria, sobre la evolución de la crisis sanitaria. Teatraliza las sesiones informativas como si fuese un tribunal, con un/a funcionario/a panoli, y tres o cuatro generales o algo así, vestidos de gala, hieráticos, en posición de “firmes ar”, y todos tan “enmedallados” que, por lo que pesan, les cuesta mantener la vertical, parece más parece un tribunal militar, que una rueda de prensa, más parece un treatillo de marionetas de la feria y fiestas de San Froilán, El primer día se soporta el formato, ya que los distintos actores explican su misión, pero todos los dias es soporífico. El resultado es penoso , la trágica pandemia vírica, que tiene un fondo humano de dolor personal y familiar, se centra en número de infectados , de muertes y de curados, un análisis de las curvas y una penosa persecución de la cima, el pico, de las mismas , para hacer ver que el final del tunel se atisba ( igual que Zapatero). Lo pintoresco es que estos números no representan la realidad de la crisis. Lo que todos pensábamos, que las cifras que se facilitaban, no representaban el universo del coronavirus, primero por que era evidente que el fenómeno estaba minusvalorado, y segundo por que, por ejemplo, los embotellamientos en los enterramientos estaban diciendo a voces que había muchos más muertos que los “ oficiales”, que la cosa no cuadraba. Tampoco los datos oficiales no incluyen los que pasan su enfermedad en su domicilio. De todas formas tenemos las medallas de oro mundial de fallecimientos por habitante y de profesionales infectados y fallecidos soportado estoicamente la tragedia de más de 500 fallecidos por coronavirus diarios, aún hoy.
Lo que intimamente sabiamos todos , aparece como escándalo, en los medios de comunicación , ni siquiera el número de muertos son lo que nos cuentan, ya que no se computan los fallecidos fuera de los hospitales públicos y entonces ¿ que pasa con los miles que fallecen en sus domicilios, en las residencias de ancianos y otras instituciones sociales, etc? Pues resulta que estos no computan, ¿para que, si son viejos ?. De lo que no cabe la menor duda es que , encima de la mesa habrá, al final de la crisis, 30.000 a 50.000 muertos y alguien tendrá que responder de ellos, y no precisamente los ciudadanos de a pié, ni los sanitarios, ni el ejército, ni la policía , ni la Guarda Civil, etc, todos ellos no solo han aportado sus muertos, si no también su disciplina y buen hacer ejemplar. Todos ellos son unos héroes, admirables, destacando los sanitarios que han cumplido desde el primer día, lo que entendían como obligación , a pesar de no tener los medios más elementales en casos de infecciosos, y los ciudadanos que las normas de confinamiento las hemos cumplido a rajatabla, Somos verdaderos héroes
El Gobierno , en estos momentos, no sabe cuantos son los infectados, ni por supuesto cuantos son activos, asintomáticos, ni inmunes; ni cuantos son los muertos realmente; tampoco sabe como es la enfermedad que desarrolla el virus, a que órganos afecta , su incidencia por edades, por que no se hicieron autopsias clínicas forenses, para saber las estrategias y los fármacos que habrán de emplearse ante explosiones futuras del virus; tampoco se tiene datos sobre los efectos de la aplicación del “ factor edad “ en algunos hospitales en los momentos más álgidos de la crisis, es de una bajeza moral condenar a los mayores en tratamientos médicos , respecto a los jóvenes; la función de coordinación con las autonomías es un fracaso, desde el lio que tiene montado con los gobiernos de las autonomía con la realización de estadísticas de fallecidos, al computar o no las acaecidas en las residencias de ancianos y otras instituciones sociales, o en domicilios; la centralización de compras de material, como las mascarillas, equipos de protección y respiradores, fué un fracaso total, con tintes de trajicomedia, con aderezo de incompetencia, intermediarios inexpertos desconocedores del mercado chino y posible corrupción, captura por el gobierno turco de los envíos, material sin la calidad adecuada, devoluciones., etc., esta impericia en la compra centralizada de equipos, test, y mascarillas, caros y eneficaces, el caso de las mascarillas es patético, ya que al no haber verificado su nivel de protección , en la recepción, se han tenido que devolver, pero cuando se detectan habían sido ya utilizadas por los médicos durante dos semanas, lo que ocasionó, cuando se detectaron, muchas cuarentenas entre la clase sanitaria( 72 en Galicia), e incluso muertes. ¡ Aquí tampoco aparecen responsables !
El esfuerzo por parte del Gobierno, de tratar solo como un frio dato a los muertos, y de limitarlos a los fallecidos en los hospitales públicos, llevó a aplicar un procedimiento en el manejo de los cadáveres de lo mas cruel e inhumano, desde que ingresa, por ejemplo un padre , en el hospital dejas de tener contacto ni noticias de si va bien o mal, hasta que te dicen que falleció. La familia no puede verlo, ni despedirse, ni sabe que van hacer con el cadáver, por que no se lo entregan, ni enterrarlo, donde quiere la familia , Una amiga recorrió toda España intentando encontrar los restos de su padre y empezaba a sospechar que los restos que le entregaran, no serían de su padre. Si esto último se verificara sería un escándalo, del que tampoco habría responsables. En todas las culturas el enterramiento de los seres queridos, y el duelo , son actos sociales civiles y religiosos muy importantes. Estos políticos que sufrimos no han tenido la delicadeza de respetar a sus mayores, ni a las ceremonias y actos sociales de duelo. ¡ Tampoco aquí hay nadie que se responsabilice de la frialdad y falta de los actos propios del fallecimiento del orden de 40.000 familiares y amigos ! Es una tragedia de colosales dimensiones.
El Gobierno bífido que sufrimos , de carácter sociocomunista , no acierta ni cuando rectifica, además aprovechó la situación de Alarma para enrocarse en transparencia ( se cerró el Portal de Transparencia), control de los medios de comunicación, inventarse cuentas laudatorias de su brillante gestión y persecución de los comentarios críticos a su gestión, se prepararon acciones de control de la propiedad privada y depósitos bancarios, etc. Están en peligro, aprovechando el estado de Alarma, los derechos democráticos civiles personales.
Sobre la nefasta y carísima gestión de la crisis del coronavirus no quiero seguir explayándome en apalear al Gobierno, y prefiero copiar un párrafo de un artículo de R. Ballesteros de El Confidencial: “ Un informe encargado por el Instituto of Certified Menagement Accounts de Australia, ha calificado la gestión de la crisis sanitaria del Gobierno de España como la peor del mundo. En concreto, el estudio ha elaborado un “ranking” por Estados en función de la respuesta global a enfermedades infecciosas ( índice GRID ) que ha dado cada país en el que España se sitúa en último lugar.
Me da muchísimo miedo pensar en la segunda fase de la crísis: la reconstrucción de nuestro sistema económico, por esta gente, por que la reconstrucción que estaría impregnada en su ideología comunista, extraña en la Europa libre. Tengo la esperanza de que las ayudas necesarias vendrán de Europa y exigirán que se apliquen las políticas propias de la Unión y no permitirán veleidades con ritmo cubano y venezolano.

Queridos amigos, cuidaros mucho.






                                                   
EL TRIUNFO DE LA MUERTE 








           

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