lunes, 14 de diciembre de 2015

POR ALÁ

 POR  ALÁ




Invocando a Alá, la civilización occidental, de ascendencia judeo-cristiana. lleva años amenazada y atacada por una serie de individuos, en solitario o en grupo reducido, con la intención de causar terror en la población, de forma indiscriminada. Las amenazas de declaración de guerra al infiel, la yihad, las realizan bandas de fanáticos islamistas que responden a diversas denominaciones : Al Qaeda, ISIS, Bokajarán, Hezbolá, etc ,que financian , planifican y reinvindican las masacres terroristas. Dentro de estas sociedades occidentales está España, no solo por ser una sociedad infiel , si no por el mandato coránico de recuperación de Alandalus, que comprende todo el territorio peninsular , . Estamos, por tanto, de lleno en el meollo de la amenaza terrorista islámica.

Me parece que la discusión de si estamos o no en guerra es una discusión absurda, a la vez que inútil. Estamos en guerra, no por que la hubiera declarado occidente, si no por que nos la han declarado. Negarlo es de idiotas, e ignorarlo de suicidas.

Pero más inútil es perder el tiempo discutiendo de si el Islam es o no una religión pacifista y que estos tíos son solo unos radicales, postura politicamente correcta y en la que muchos de los dirigentes políticos están posicionados. El Corán trata a la relación con los infieles y especialmente con los judios y católicos , de forma diversa unas veces de forma pacífica y en otras prohibe toda relación , ni como amigos, hasta, en la sura 9 , se ordena que todos los infieles deben ser aniquilados. Por tanto lo que es pacifista es la educación que se imparta del Corán, y las interpretaciones lo que pueden ser pacifistas o no.

La “interpretación” yihadista los lleva a masacrar a las comunidades cristianas primitivas que alcanzan el 10% de la población ( algunas hablan arameo) asentadas desde hace dos siglos en Siria, en un genocidio olvidado y ocultado por occidente , destruir sus templos , expulsarlos de sus territorios, vender a sus mujeres como esclavas , etc, y todo occidente callado ante este genocidio cometido ante sus narices. Pero también los Sunitas matan a los Chiitas y viceversa, ya que hay que matar a los apóstatas, y los estados musulmanes vecinos, y sus organizaciones supranacionales, también están callados, pero financiando a las facciones contendientes, y no acogiendo a los refugiados, cuando no lucrándose del conflicto, como Turquía, que es aliada de occidente y miembro de la OTAN. Este potaje está profundamente enraizado en el Islam religioso. Ello están todavía en Las Cruzadas II, aunque en occidente nos negamos a aceptarlo .

El potaje se completa con los intereses, no solo de las potencias limítrofes, si no de Usa , Rusia, Francia, Inglaterra, Alemania ,etc que meten la cuchara “ para remexer o pote”, empiezan por armar y ayudar a una facción y cuando se dan cuenta del error, por que están cebando al dragón terrorista, pasan sin pudor alguno a armar ayudar a los antiguos enemigos, sean o no dictadores o teócratas . Los occidentales podrán bombardear , pero botas no mandarán, y así lo único que hacen es aumentar las oleadas de desplazados que ya suman 11 millones de personas , de los cuales cabe esperar que, tarde o temprano, emigren a Europa, islamizándola. La pretensión de que sean tropas de países musulmanes las que tomen y ocupen el terreno, y reconduzcan el problema hacia una normalización política , es difícil en estos momentos y ya se empieza a considerar la aceptación de soluciones dictatoriales o de gobiernos teocráticos, que estabilicen la región.

Esta guerra tiene, para occidente, unas dificultades especiales, diferentes a cualquier guerra anterior. Se presenta en dos escenarios o frentes que tienen diferente tratamiento. En el frente oriental la guerra en Siria e Irak, para la que se organiza, liderada por Francia , una coalición bajo el paraguas de la ONU , que ya ha dado el visto bueno, pero nada dicen, de momento, ni las organizaciones internacionales de países musulmanes, ni esos países a título individual. La guerra contra el Estado Islámico no solo tiene que ser a base de bombardeos , si no que debe de cortar los suministros de armas , alimentos, , control de las redes sociales que usan para radicalizar y reclutar a sus efectivos, para formarlos y retornarlos a sus países de origen para cometer atentados , si no también anular sus fuentes de financiación a base de contrabando a bajo precio de petroleo, hasta a sus enemigos y como objetivo final estabilizar políticamente estos países y “ tutelarlos durante años.

El otro escenario de la guerra es el frente occidental que comprende todo el territorio de los países occidentales atacados por el terrorismo islámico, incluso se habla de que el riesgo de sufrir atentados yihadistas es planetario. Las democracias occidentales tienen una extraordinaria dificultad para luchar contra este nueva forma de terrorismo, precisamente por ser democracias extremamente respetuosas y garantistas con los derechos humanos. Los potenciales terroristas no son solo musulmanes procedentes de las zonas de conflicto, si no también musulmanes con nacionalidad en países occidentales de segunda o incluso de tercera generación, que ya no se radicalizan solamente en las cárceles, ni en las mezquitas legales o garajes o pisos mezquitas, si no que se radicalizan también y especialmente a través de las redes sociales de difícil detección y de detención e imputación de delitos. Por eso los paises occidentales tendrán que adaptar sus leyes para luchar contra este tipo de terrorismo en temas tan delicados como el control de imanes y mezqitas, control de las redes sociales, control de fonteras, política emigratoria y de integración, permisos de residencia y de concesión y pérdida de nacionalidad, etc, a la vez que se deben reforzar, en medios y efectivos las fuerzas de seguridad y de inteligencia. Será difícil pero habrá que abordar todas estas políticas en común, y montar dispositivos para coordinar e intercambiar información. El esfuerzo económico, político y diplomático tendrá que ser, para los países occidentales enorme y duradero en el tiempo.

Es perentorio plantearse en serio un debate público, de la situación del mundo islámico en occidente , analizando todas sus vertientes y sin concesiones a lo políticamente correcto, a calzón quitado , ya que si no se hace, veremos ascender a partidos ultras de derechas o de izquierdas, con planteamientos xenófobos y populistas, que tanto daño y sufrimientos han ocasionado a la vieja Europa, en el siglo pasado. Es necesario estudiar el por que los islamistas , individual y colectivamente no se integran en las sociedades occidentales, y por que el 80% de los mahometanos residentes en Europa viven de las ayudas sociales, y por que son tan proclives a radicalizarse, incluso a individuos de tercera generación, que han nacido y educado como ciudadanos libres en un país europeo, y que llegan a odiar a occidente, a su cultura y a su forma de vivir. Este es un problema crucial para occidente ya que millones de desplazados de las zonas de conflicto, hoy en campos de refugiados en Turquía, Líbano, etc., tienen como objetivo desplazarse a lo que consideran utopicamente un edén. Todos hemos visto las riadas de personas , incluso familias, que a pie, se trasladaban desde Siria e Irán y la única palabra que pronunciaban es Alemania o Suecia, su pretendido destino, y que a pesar de las misérrimas condiciones en que estaban, rechazaban violentamente las ayudas de ropa de abrigo y alimentos , si se les prestaba la Cruz Roja de los distintos países, lo que demuestra su absoluta no predisposición a una integración social . Y estos colectivos son extremadamente influenciables y radicalizables, según los recientes informes de los servicios de inteligencia alemanes. Son por tanto, los refugiados, un colectivo más de riesgo, desde el punto de vista policial y de inteligencia, aunque nos cueste admitirlo y decirlo.

En Europa , como en todo occidente, es el mayor reto colectivo planteado en mucho tiempo, y nos jugamos nuestra identidad cultural e incluso nuestra existencia, tal y como la conocemos hoy . Nos han declarado la guerra santa, la yihad, y todos nosotros somos el enemigo infiel, y la respuesta no puede ser con amor, besos y abrazos, contra bombas, kaláshnicovs, y terroristas suicidas , tal y como predican algunas formaciones políticas con candidez infantil. Al-lah ákbar , Alá es grande, pero nosotros, con el debido respeto a la religión del Islám, lo tenemos que ser más , mucho más, por que esta guerra no la podemos perder.